lunes, 28 de marzo de 2016

HOWARD CARTER: El Descubridor de la Tumba de Tutankhamon

HOWARD CARTER: El Descubridor de la Tumba de Tutankhamon

Nació en Inglaterra el 9 de Mayo de 1.874. Sus padres eran Samuel y Martha Joyce Carter. Era el menor de 11 hermanos, y su padre era un pintor reconocido en Gran Bretaña.

Carter era un hombre solitario, excéntrico, amante de la naturaleza y de los largos paseos. Muy inteligente y gran artista, aunque no pudo terminar sus estudios por enfermedad. Nunca se casó, pero se le conoce una amante.

Desde niño, su padre lo relacionó con una familia de aristócratas, amantes de la cultura del Antiguo Egipto, los cuales le transmitieron el interés por este país. Fueron los primeros que le dieron la oportunidad de viajar a Egipto. Con su recomendación, además de su facilidad para el dibujo, le consiguieron un puesto en una excavación. Con sólo 17 años, y tras un corto período de formación, de tres meses, en el Museo Británico, comenzó su aventura.

En 1.891 llegó a Alejandría y tras visitar El Cairo, fue hacia la excavación. Allí trabajó bajo el mando de Petrie, del que aprendió mucho en el campo de la arqueología.

Cuando consideró que era capaz de trabajar como arqueólogo, se fue a Luxor. Desde allí, fue contratado para restaurar los relieves del templo de la reina Hatshepsut. Era tan bueno en su trabajo, que se ganó un buen nombre en este campo.

 

 

En 1.899 conoció a Maspero, jefe de antigüedades egipcias, que, sabiendo el talento que tenía Carter, lo nombró inspector jefe de antigüedades del Alto Egipto. Su espacio de trabajo abarcaba monumentos tan conocidos como el Templo de Abu Simbel, Luxor, Karnak, Philae y el Valle de los Reyes. Su misión era proteger los monumentos de la destrucción y de los ladrones y expoliadores, así como facilitar el acceso a éstos a los turistas.

Tras 5 años, lo nombraron inspector jefe de antigüedades del Bajo Egipto, trabajando en El Cairo, Giza y Saqqara, entre otros lugares arqueológicos. En Saqqara, tuvo problemas con un grupo de franceses y sus trabajadores, ante lo cual, apoyó a éstos últimos. Carter siempre hacía lo que creía justo, sin tener en cuenta qué era lo que se esperaba de él. Tras el incidente, dimitió del cargo y se dedicó a la pintura y la guía de turistas por el territorio egipcio.

Tres años más tarde conoció al conde de Carnavon, quien, en 1.903, le contrató como el hombre más idóneo para llevar a cabo una excavación financiada por él. Durante varios años, realizaron diversos trabajos, en diferentes lugares, aunque su sueño era el Valle de los Reyes. Esta zona estaba acaparada por los americanos, bajo el mando de Theodor Davis, que tenía la exclusividad.

Esperaban encontrar alguna tumba intacta, ya que nunca se había descubierto ninguna. Durante sus excavaciones, estalló la Primera Guerra Mundial, y tuvieron que prestar servicios a su país, con lo que se paralizaron los trabajos.

En 1.917 Davis terminó en el Valle de los Reyes, y pudieron empezar a excavar allí. Carter sabía que aún quedaba por hallar la tumba de Tutanjamon, y no perdía la esperanza. Descubrieron un foso con numerosos objetos con el nombre de Tutanjamon, pero no era la tumba real, aunque debía estar cerca, según las evidencias.

Peinaron el Valle, entre las tumbas de Ramsés VI, Merenptah y Ramsés II, buscando una entrada. En 1.922, tras cinco años de excavación, una fortuna invertida y sin resultados palpables, Lord Carnavon decidió abandonar. Pero Carter lo convenció para terminar la excavación.

El siguiente otoño se reanudó, y, accidentalmente, se descubrió un escalón. Excavando, llegaron a una puerta cerrada en la que había sellos reales aparentemente intactos. Envió un telegrama a Lord Carnavon, que decía lo siguiente:

 

"Por fin hemos hecho un gran descubrimiento en el Valle. Una tumba magnífica con sellos intactos, recuperados para su legada. Felicidades. Carter". (Telegrama de Howard Carter a Lord Carnavon)

 

 

El conde y su hija Evelin fueron a Egipto de inmediato, y tras un viaje de más de dos semanas, llegaron a la excavación. Al retirar los escombros, descubrieron el sello que decía "Tutanjamon". Imagino el sentimiento que invadiría a aquellos hombres al ver por fin el fruto de sus diez años de trabajo en excavaciones, al sentir que habían encontrado la primera tumba intacta del Antiguo Egipto. Ver objetos que nadie había visto en milenios, tocarlos, abrir puertas selladas…debió ser impresionante.

Al traspasar la puerta, tuvieron que despejar todo un pasillo de escombros, llegando hasta otra puerta. Carter la agujereó con una barra de hierro. Con una vela, pudo ver poco a poco el interior:

 

"Al principio no podía ver nada. El aire caliente que escapaba de la cámara del tesoro, hacía vacilar la llama de la vela. Pero luego mis ojos se fueron acostumbrando a la luz. Detalles del interior de la sala fueron emergiendo lentamente de la neblina. Extraños animales, estatuas…y oro, por todas partes el brillo del oro…" (Howard Carter).

 

Ampliaron el agujero y entraron todos. Vieron el tesoro más grande descubierto hasta el momento:

"El día de los días. El más maravilloso que he vivido y que seguramente viviré jamás" (Howard Carter).

 

Probablemente esa noche no dormirían, imaginando, peguntándose miles de cosas, soñando despiertos con tros tiempos…

 La tumba sería abierta oficialmente tres días más tarde por las autoridades egipcias, no sin antes volver a ser visitada clandestinamente por Carter y sus colegas. Éste, Lord Carnavon, Evelin y otro colega, atravesaron en secreto la última pared, por un agujero, para descubrir el enorme sarcófago dorado.

El 29 de noviembre de 1.922 fue la apertura oficial de la tumba, con gran publicidad y expectación en todo el mundo.

Carter organizó un grupo de arqueólogos magnífico, con el que seguir excavando la tumba, sacando y catalogando cada objeto de su interior, con descubrimientos casi diarios de nuevas piezas.

A su vez, era acosado por la prensa, y los turistas, lo que no iba en absoluto con la personalidad del arqueólogo. Por otro lado, comenzó una batalla entre la expedición de Carter y las autoridades egipcias sobre el control del proyecto y de los objetos encontrados en la excavación. Todo esto le hacía perder el control de la situación.
Para empeorar la situación, se unió la leyenda de la maldición, tras la repentina muerte de Lord Carnavon por la picadura de un insecto que le provocó fiebres e infección en la sangre. Murió el 6 de abril de 1.923, a los 57 años.

Carter estaba solo para abrir el gran sarcófago dorado. Corrió los cerrojos, rompió el sello, y entró en la cámara. Una tras otra, fueron abriendo las cuatro cajas hasta llegar al sarcófago de cuarcita. El 24 de Febrero de 1.924, se abrió la tapa de granito del sarcófago, y tras apartar numerosas vendas de lino, llegaron hasta la máscara de oro de Tutanjamon. 

El gobierno egipcio no dejaba de presionar por el control, hasta que, por diversas razones, le quitaron la licencia para excavar. Carter se dedicó a dar conferencias por Europa y América.

En 1.925 regresó a Luxor. El gobierno había cambiado, y deseaban que Carter retomara la excavación. La única condición era que el tesoro se quedara en Egipto. Carter accedió, ya que su interés era científico.

Continuó, abriendo el sarcófago y realizando una autopsia de la momia. Tutankhamon era un hombre muy alto (1´85 m) y muy delgado, de unos 18 años.

Carter siguió unos siete años más en el proyecto, descubriendo y catalogando numerosos objetos. Tras el fin de la excavación, regresó a Londres, donde se dedicó a negociar con antigüedades y a dar conferencias. El gobierno británico nunca valoró ni recompensó el trabajo de Carter.

El 2 de Marzo de 1.939, murió en la sola compañía de una sobrina.

Howard Carter nos ayudó a saber un poco más sobre el faraón niño. Lejos de ser un cazador de recompensas, fue un magnífico egiptólogo a quien al final, todos abandonaron. Pero se fue al otro mundo habiendo cumplido su sueño, y eso, es algo por lo que merece la pena vivir.

Podéis ver  un vídeo muy interesante llamado "Howard Carter, triunfo y tesoro, aunque tendréis que ir accediendo a cada una de las cuatro partes que lo forman. Os dejo el enlace a la primera parte:



Marta Pérez (Akesha)


jueves, 24 de marzo de 2016

RESTOS ARQUEOLÓGICOS DEL REINADO DE TUTANKHAMON

Tutankhamon dejó más restos arqueológicos que los encontrados en su tumba.
Fue un período muy rico e interesante en lo que al arte se refiere, ya que convivieron los estilos amárnico (época de Akhenaton) y menfita, en su vuelta a la ortodoxia, pudiendo los artistas crear en un estilo u otro, libremente.
Por otro lado, también fue un importante período reconstructivo, tras los años del faraón hereje, y tras  la devastación de monumentos que supuso el cambio.
Aunque muchos de los monumentos construidos por Tutankhamon fueron usurpados por reyes posteriores.
Un resto interesante es una  Estela, en la que, a pesar de haber sido encontrada en Amarna, aparece nuestro joven rey haciendo ofrendas a Amón y Mut, dioses que habían sido prohibidos por Akhenaton.
Vayamos ahora al  Templo de Karnak,  llamado el Ipet sut, "el lugar más venerado". Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la UNESCO.  Es el conjunto de templos más grande de Egipto y el recinto religioso más grande del mundo.La Avenida de los Carneros en el interior de este complejo, cerca del Templo de Mut, y que ha sido atribuida a este rey.

También dentro del complejo de Karnak encontramos numerosas estatuas, algunas de ellas colosales, bien directamente del rey, o del dios Amón con el rostro de Tutankhamon, como las que vemos en esta diapositiva. Algunas de ellas fueron usurpadas por Horemheb.
Realizó dos construcciones en el interior del complejo, que fueron derrumbadas, y de las que quedan bloques sueltos.

Y, como ocurre con muchos restos arqueológicos, hay piezas en Museos de todo el mundo, que fueron sacadas legal o ilegalmente de Egipto, y que, independientemente de lo que nos parezca moralmente, están perfectamente conservadas.

Museos como el British, el Louvre o el Metropolitan de Nueva York conservan estatuas o restos de esculturas de Tutankhamon. Aunque la mayor colección se encuentra en el Museo de El Cairo, donde se encuentra el Tesoro descubierto por Howard Carter, y del que vamos a ver un montaje de 3 minutos en imágenes.

Marta Pérez (Akesha)


lunes, 21 de marzo de 2016

LA TUMBA DE TUTANKHAMON: "Veo cosas maravillosas"

El hombre que hizo posible que podamos la Tumba y el Tesoro de Tutankhamon ahora es Howard Carter, un dibujante que llevó Petrie en sus excavaciones para documentar los descubrimientos. Cuando otro egiptólogo, Maspero lo conoció, vio su valía y lo nombró inspector de monumentos del Alto Egipto, aunque un altercado con unos turistas lo hizo dimitir, y pasar meses ganándose la vida al servicio de otros egiptólogos. Pero conoció a Lord Carnarvon, un rico Conde que confió en él y que desde 1907 hasta 1922 invirtió su dinero en diversas excavaciones a lo largo de todo Egipto, que le reportaron una importante colección de antigüedades, y no menos problemas económicos. Justo cuando el conde iba a abandonar su financiación, y Carter iba a pagar una temporada más de su propio bolsillo, el 4 de noviembre de 1922, apareció un escalón en el Valle de los Reyes, justo por debajo de la tumba de Ramsés VI. Comenzaron a excavar y descubrieron que al final de esos doce escalones descendentes, había un muro cubierto de grandes sellos ovalados. Carter no pudo encontrar el nombre, pero sí se dio cuenta de que pertenecía a algún personaje de la famosa dinastía XVIII. En ese momento avisó a Lord Carnarvon, y tuvo que rellenar la escalera de nuevo, para esperar la venida del conde, que se produjo el 23 de noviembre. Se reanudó el trabajo y al final de la escalera se pudo ver el cartucho con el nombre de Tutankhamon.
Imaginaos la emoción del equipo! Aunque se desilusionaron al ver que en la parte superior izquierda se notaba que habían abierto un agujero y lo habían vuelto a tapar. Señal de que la tumba ya había sido violada.
Quitaron la pared, limpiaron un largo corredor lleno de cascotes y encontraron otra tapia, con las mismas señales de reparación que la anterior, y con los sellos típicos de la necrópolis.
Entre los componentes del equipo había nombres tan conocidos como el fotógrafo Harry Burton, el profesor Newberry, Henry Breasted o Gardiner, el de la lista de los jeroglíficos.
Carter hizo un agujero en la puerta sellada, y metió la vela encendida por si veía algo. En ese momento, pronunció las famosas palabras a Lord Carnarvon: “Veo cosas maravillosas”.
Abrieron la pared y entraron en la antecámara, repleta de valiosos objetos.

En la antecámara, había cientos de objetos apilados sin ningún orden.
A pesar de las opiniones en contra de personas como Zahi Hawass, el vaciado de la tumba fue cuidadoso y metódico, fotografiando, los objetos in situ, sacándolos cuidadosamente y catalogándolos, describiéndolos, fotografiándolos y dibujándolos, restaurándolos y conservándolos en la tumba vacía de Ramsés XI, embalándolos con sumo cuidado y transportándolos al Museo de El Cairo. Lo mismo ocurrió con los objetos hallados en la cámara del tesoro, la Anexa y la Cámara sepulcral.

En esta última se hallaba una capilla que ocupaba casi toda la estancia.

Dentro de la cual había otras dos capillas doradas, y un sarcófago de granito rosa, que contenía los tres ataúdes antropomorfos. 

En el siguiente enlace podéis ver muchísimas fotografías originales de Harry Burton, de la Tumba de Tutankhamon recién abierta:


Marta Pérez (Akesha)


viernes, 18 de marzo de 2016

Los hombres del Rey Tut

Los hombres del Rey Tut

Al ser tan joven, el rey no tomaba las decisiones, sino que estaba rodeado por una serie de personajes que lo hacían por él:
-        Ay, personaje muy importante, unido a la familia real desde Amenhotep III y probable padre de Nefertiti. Principal consejero de Tutankhamon y heredero del trono, a su muerte.
-        Horemheb, general del rey, que reafirmó el poder egipcio en el extranjero y aseguró los tributos a Egipto. Sucedió a Ay como faraón.
-        Nakhmin, pariente de Ay, y militar como Horemheb. Podría haber sido faraón de no haber sido por Horemheb.
-        Maya, personaje muy cercano al rey, supervisor del Tesoro y del cementerio real.

Todos ellos formaban el círculo interno del rey, los que realmente llevaban las riendas del país.

Marta Pérez (Akesha)


sábado, 12 de marzo de 2016

Semenejkare

Semenejkare

Aproximadamente hacia el año 12 de reinado de Akhenaton, aparece un corregente que gobierna con él y al que llama “amado de Akhenaton”. Se trata de un personaje del todo desconocido, ya que no hay ningún resto en el que se nombre a un príncipe con ese nombre, ni se ha encontrado una momia que lo corrobore.
A la muerte de Ajenaton, hacia 1338 a.C., este personaje comenzará un reinado en solitario de 2 años, y desaparecerá tras ese tiempo dejando el trono a Tutanjamon.
Hay muchas conjeturas sobre la identidad de Semenjkare, pero ninguna concluyente.

-        Hermano de Ajenatón y Tutanjamon, por tanto, hijo de Amenhotep III y alguna de sus esposas.

-        Personaje encontrado en la kv 55, aunque en los últimos estudios de la momia hallada en esta tumba, se demuestra que es mayor de lo que se creía, y, por tanto, podría corresponder a Ajenaton.

-        Y la teoría más romántica y preferida de los aficionados a la egiptología, aunque también sin probar: Nefertiti convertida en faraón:

-        Según Harris y Nicholas Reeves, hubo una evolución del nombre de Nefertiti, hasta convertirse en faraón:
-        Nombre de Nefertiti a Nefer-Nefruaton-Nefertiti.
-        Más tarde, como corregente, Anj-Jeprura Nefer-Nefruaton.
-        Por último, sería el faraón Ank-keprura- Semenejkara.


En definitiva, un personaje misterioso del que no se sabe de su existencia más que por las representaciones de su nombre.

Marta Pérez (Akesha)


Clausurado el Curso de "La Revolución del Atón" del IEAE, en Málaga

Esta noche se ha clausurado el Curso "La Revolución del Atón", que nos ha llevado, durante cinco días, a dar un paseo por Amarna, la ciudad de Akhenaton, y a conocer las causas y las consecuencias de esta época de la Historia Egipcia, tan convulsa y enigmática como apasionante.
El curso ha sido impartido por profesores del IEAE: Francisco Martín Valentín, Teresa Bedman y Alberto Abello, miembro del equipo que excava en la Tumba del Visir AMenhotep Huy, en Luxor.
Como siempre, ha sido un curso muy interesante, que, además de enseñarnos muchas cosas de este período, nos ha abierto otra puerta a nuestro deseo de saber e investigar más.
Tras la entrega de diplomas, como es habitual, hemos asistido a una cena.

Se ha creado en Málaga un gran equipo de amantes del Antiguo Egipto. Gracias, profes!!!

Estamos ya a la espera del próximo curso. Os seguiré informando. Sed felices!!!






miércoles, 9 de marzo de 2016

Curso: La Revolución el Atón

Esta semana se está celebrando el la Térmica, de Málaga el Curso "La revolución del Atón", organizado por el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, con  gran afluencia de alumnos.
El curso está siendo impartido por varios profesores del IEAE: Francisco Martín Valentín, Teresa Bedman y Alberto Abello. El viernes será clausurado y publicaré las fotografías del curso.

martes, 8 de marzo de 2016

CORREGENCIA ENTRE AMENHOTEP III Y AMENHOTEP IV

CORREGENCIA ENTRE AMENHOTEP III Y AMENHOTEP IV

Aquí tenemos el que ha sido un punto de conflicto entre los egiptólogos: la existencia o no de Corregencia larga o corta entre Amenhotep III y Amenhotep IV Ajenaton.
Pero recientemente  se ha hecho un descubrimiento que viene a corroborar otras pruebas más antiguas, de que hubo una corregencia larga entre Amenhotep III y Amenhotep IV, es decir, que padre e hijo fueron reyes al mismo tiempo durante varios años.
Para explicar conocer  el tema de la corregencia,  podéis ver este vídeo protagonizado por su descubridor, el profesor Francisco Martín Valentín.



También tenéis toda la información sobre este descubrimiento y la excavación completa en 



Marta Pérez (Akesha)



sábado, 5 de marzo de 2016

LA CIUDAD MALDITA DE AJET-ATON, HORIZONTE DE ATON

AJET-ATON, HORIZONTE DE ATON

 

A pesar del empeño por borrar de la historia todo lo referente a Ajenaton y su época, y aniquilar gran parte de su obra, ha logrado sobrevivir al tiempo y a la destrucción "Aket-Aton" la ciudad del Horizonte de Atón.

 Entre el año 4 y el 6 de su reinado, Ajenaton decidió cambiar la capital del reino a un nuevo emplazamiento al que no llegaran las influencias de los sacerdotes de Amón.

 Debía ser una tierra virgen, y eligió para ello un lugar en la frontera del Egipto Medio, cerca de los acantilados del Este del Nilo. Era un área muy amplia, formada por una gran extensión de terreno fértil en la zona Oeste, y una llanura desértica en la zona Este, donde se construirían los edificios de la ciudad, abarcando una zona de unos 13 x 16 kilómetros.

 Ajetaton fue construida en el punto Medio entre Tebas y Menfis, las dos capitales más importantes de Egipto.

 Este lugar exacto fue elegido por el rey debido a su semejanza con el jeroglífico "Ajet", horizonte, que representa dos montañas entre las cuales sale el Sol. De ahí el nombre de la ciudad, Ajetaton, el Horizonte de Atón.

 En esta capital se centralizó la religión, el poder, la economía… lo cual iba poco a poco deteriorando diversos aspectos del país.

 En ella vivieron entre veinte mil y cincuenta mil habitantes. Se suponía que todos los hombres eran iguales y libres. Las distintas clases sociales se agrupaban en los mismos barrios y no existía la esclavitud, al igual que en el resto de Egipto.

 Sobre las colinas que rodeaban la ciudad, se han encontrado estelas fronterizas, esculpidas en la roca, en las que se registran proyectos y acciones del rey y la importancia de Atón.

 En la actualidad hay quince estelas registradas, un primer grupo, construidas en el año 5 de su reinado (Estelas M,X,K), y un segundo grupo, erigidas en el año 6 de su reinado (Estelas J,L,N,P,Q,R,S,U,V en el Este, y A,B,F en el Oeste).

La primera de las estelas descubierta en la orilla Oeste (Estela A) fue encontrada por Sicard en 1.714. La primera descubierta en la orilla Este (Estela U), fue encontrada por Harris en 1.814.

 Algunas de estas estelas están muy bien conservadas, lo que nos da bastante luz sobre cómo se desarrollarían los acontecimientos en esa época.

 En la 1ª Estela fronteriza, encontramos un texto sobre el proyecto de Akenaton, del que insertamos un fragmento:

 "En Aketatón, en este lugar, construiré la Casa de Atón, para el Atón, mi padre…

…y en Aketatón, e este lugar, construiré para mí mismo la residencia del faraón…"

 En otra de las estelas, el faraón escribe su última voluntad:

 "Si dentro de muchos años muriese en alguna ciudad del norte, el sur, el oeste, o el este, me traerán y se hará mi enterramiento en Ajetatón"

 Estas Estelas reproducen el Gran Templo de Atón, y tienen como foco de unión las líneas imaginarias que llevan hasta la tumba del rey. Dicha tumba representaba el lugar del renacimiento de Atón.

 Respecto a la edificación de la ciudad, estaba casi entera construida de adobe, usándose la piedra sólo en contadas ocasiones. Era una ciudad muy rica, con numerosos pozos de agua, jardines y tierras de cultivo por todas partes, Esta riqueza se debía a la desviación del dinero de los templos de Amón a Ajetatón.

 No había evidencias de que existiera ningún proyecto para la construcción de la ciudad, sino que ésta se fue construyendo tomando como centro el Templo de Atón. La ciudad estaba atravesada por una gran avenida, llamada el "Camino Real", que unía el Norte y el Centro de la ciudad.

 La Ciudad Norte empezaba en el Palacio de la Rivera Norte, rodeado de una gran muralla, probablemente para la protección de un rey que contaba con numerosos enemigos. Muy cerca se alzaban las casas de los cortesanos más allegados al rey. Eran casas muy grandes, con numerosas dependencias, jardines, almacenes y servidumbre remunerada.

 Cerca de allí se encontraban grandes edificios administrativos. Recordemos que Akenatón se llevó a la ciudad, no sólo el centro religioso, sino también el político y la administración.

 Avanzando hacia el Sur por el Camino Real, no s encontramos el Palacio del Norte, posiblemente dedicado a Merit-Atón, hija y esposa de Ajenatón.

 Estaba decorado muy ricamente, con escenas de la naturaleza. En su interior vivían numerosas especies animales. Sería probablemente el que albergaría el jardín botánico y lo que se puede considerar el primer Museo Natural de la historia, según Pirennes.

A continuación, justo antes de entrar en el centro, se encontraba el barrio Norte, donde vivía el grueso de la población. Aunque hay que destacar que, aunque las casas variaban en tamaño, y ornamentación, no se hacían distinciones sociales entre sus habitantes.

 En este barrio se encontró el taller de Thutmés, el escultor del famoso Busto de Nefertiti.

 

 

Al final del Camino Real se encontraba el Barrio Central o Ciudad Central.
Como edificio principal destacaba el Gran Templo de Atón, orientado de Oeste a Este. Su parte central estaba al aire libre, pudiendo encontrar una construcción de piedra llamada "Per Hai", la Casa de la Alegría, y un conjunto de patios que formaban el "Guem Atón" , o Atón ha sido hallado. Había allí una sala con 365 altares de piedra, para las ofrendas de cada día del año. Dentro del recinto del Templo existía también una piedra Ben Ben, a imitación de la del Templo de Heliópolis.

 El otro edificio principal, en el centro de la ciudad, es el Gran Palacio, que consta de una serie de patios y salas hipóstilas, formando los Departamentos Estatales, los alojamientos de la servidumbre y la Sala de la Coronación. Todo ello construido en piedra de diferentes clases y alabastros, y barro pintado al estilo del arte amárnico. En él recibía mensajeros y embajadores.

 Estaba comunicado a través de un puente, con la Casa del Faraón, residencia privada del rey. En este edificio se encontraba el Balcón de las Apariciones, desde donde Akenaton hacía regalos a sus funcionarios o a los nuevos adeptos a Atón.

En Gran Templo de Atón y el Gran Palacio, se comunicaban a través de la Vía Real.

Siguiendo hacia el Sur, se encontraba el Pequeño Templo de Atón o Residencia de Atón. Este era el lugar donde el rey llevaba a cabo su culto a Atón, así como sus familiares y algunos amigos más íntimos. Tras el patio y los pilonos, había un santuario de piedra como el del Gran Templo.

 Ya fuera del Camino Real, a través del cual se realizaban diariamente procesiones del Rey, su familia y allegados en su brillante carro de electrum para bendecir al pueblo, encontramos el Barrio Sur, donde vivían los ciudadanos bien situados.

 En el límite de la ciudad, al Sur, encontramos el Maru-Atón, una estructura de dos patios con estanques rituales, así como estancias y santuarios de ofrendas, rodeados de hermosos jardines.

 El Templo Sur, ya fuera de la ciudad, estaba situado junto a Kom El-Nana. Estaba construido en piedra, rodeado de jardines.

En una barriada aparte, al este de la ciudad, se agrupaban los constructores de la ciudad y de las necrópolis.

 La necrópolis estaba excavada en la roca, agrupadas las tumbas en las colinas norte y sur que rodeaban la ciudad. La tumba real estaba excavada en el Valle de Darb-El Melek.

El nombre de la ciudad de Ajetaton, el Horizonte de Atón, puede dar lugar a pensar que no era considerada una ciudad en sí, sino un gran Templo de Atón.

Tras el reinado de Ajenaton, sería restablecido el culto a Amón, y abandonada y destruida la "Ciudad maldita".

 Durante siglos permaneció oculta, cubiertos sus restos por la arena del desierto, hasta que, a principios del siglo XVIII se descubrió la primera de sus estelas. Pero no fue hasta final del siglo, cuando empezaron a descubrirse restos de la ciudad, por parte de la expedición de Napoleón Bonaparte.

 A principios del siglo XIX, Wilkinson hizo un estudio de la iconografía que se conservaba entre los relieves de sus ruinas, observando que era completamente distinta a todo lo aparecido hasta ahora. Posteriormente, Lepsius continuó las excavaciones, descubriendo que la ciudad había sido destruida para borrar cualquier resto de Akenatón. A finales de siglo, Howard Carter realizó una serie de dibujos sobre la ciudad, mientras Petrie continuaba con las excavaciones, delimitando las distintas zonas de la ciudad. A principios del siglo XX, N.G. Davies realizó un estudio de las tumbas de Aketaton, hoy llamada Tel El Amarna. En 1.912, Brochard descubrió el taller de Thutmés, entre las ruinas de la ciudad, contando entre sus restos con el busto de Nefertiti. Durante el siglo XX han avanzado muy lentamente las excavaciones.

 Actualmente, la Egypt Explorations Society y el Proyecto de Tumbas Reales de Amarna, continúan sus investigaciones para dar luz a una parte de la historia tan importante como enigmática: La Época Amarna.


Marta Pérez (Akesha)

miércoles, 2 de marzo de 2016

REVOLUCIÓN RELIGIOSA EN EGIPTO: AMARNA

Revolución religiosa en Egipto: Amarna

La capital religiosa era Tebas, y el culto iba dirigido a numerosos dioses. Para los antiguos egipcios, el sentido de religión difería de cómo la vemos ahora nosotros. Para ellos sus dioses no eran más que las respuestas a fenómenos naturales, del cual el más importante era el Sol, fuente de la vida, representado como Amón-Ra, dios de dioses en la época.
Cada dios tenía su templo, sus sacerdotes, y su culto diario. Los templos eran ricos y la clase sarcedotal tomaba cada vez más poder. Esto pudo influir en Amenhotep IV a la hora de decidir su revolución religiosa.

En otro orden de cosas, la revolución religiosa de Ajenaton, marcó un antes y un después  en la historia de Egipto, influyendo considerablemente a nivel político, económico y administrativo.
El contexto histórico era muy especial, con una tensión muy profunda entre el clero poderoso de Amón frente a la casa real egipcia. El padre y abuelo de Amenhotep IV ya comenzaban a desconfiar de este clero y a intentar alejarse. Esto causa un gran problema político y una crisis religiosa. Se produce una gran ruptura entre lo tradicional, para intentar imponer un nuevo método que pretendía reconocer en el rey a una divinidad que rivalizaría con el propio Amón.
La idea de Akhenaton fue revolucionario en el sentido de novedosa. Aunque ya en el reinado de su padre, en su primer heb sed, asume el papel de dios, y se convierte en el Atón Resplandeciente, tal y como se puede leer en varias inscripciones.
De este modo, podía hacer frente al clero de Amón, en poder político, económico y religioso.
Akhenaton dedicó toda su energía y las riquezas de Egipto a crear una nueva religión, basada en la existencia de un solo dios.

Este religión será más sencilla, ya que hasta ese momento, los egipcios tenían varios dioses (politeísmo) y no tenían acceso a visitarlos o ver sus imágenes. Sin embargo, en esta nueva religión, existía un solo dios, tal y como reza el Himno a Atón, y era visible para todos, ya que estaba en el cielo, el Sol. Esta nueva religión suprime al resto de los cleros.
El culto a este dios se hacía completamente distinto a los otros dioses. Los cultos de éstos se realizaban en interiores de templos, en privado y casi en la oscuridad. El culto a Atón se hacía con público participando, al aire libre, con templos construidos para este fin, con grandes patios al aire libre.

Esta religión se basaba en la verdad y en la justicia, proclamando la igualdad entre todas las personas.

Esta revolución le valió el nombre con el que lo describen numeroso autores: Ajenaton, el Faraón hereje.
Pero esta religión no fue invención del rey. Observamos numerosos antecedentes de culto solar en el Primer Período Intermedio y en el Imperio Medio. En Heliópolis se rendía culto a sol, identificándolo como Ra o como Atón. Se le representaba como un hombre con cabeza de halcón.
Más tarde, con Amenhotep III, adquiere más importancia aún el culto al dios Atón, como se desprende de uno de sus escarabajos conmemorativos: “Atón, señor heliopolitano de los dos países”. Atón es identificado con el faraón, para resaltar su poder como dios y como hombre.

Con Amenhotep IV se consolidó el culto  a un solo dios: Atón, aunque no todos los egipcios abrazaron la creencia en un solo dios, siguiendo algunos  con sus cultos privados a los dioses tradicionales.

El principal perjudicado fue el dios Amón, cuyo culto fue prohibido, sus imágenes e inscripciones borradas, sus templos cerrados y sus sacerdotes despojados de sus privilegios y riquezas.

Hacia el quinto año de su reinado, aparecen evidencias de que sustituye el nombre de este dios por el de Atón.
Este hecho puede tener una doble lectura, religiosa y política. Por un lado, el monoteísmo que se iba implantando, chocaba con la adoración a otros dioses y el mantenimiento de su culto, y, por ende, de sus templos y sacerdotes. Por otro lado, el clero de Amón aparece muy enriquecido y con numerosos privilegios. Su poder iba creciendo, controlando la economía y la política del país.
Ajenaton proclamaba que era el “servidor de la verdad”. La verdad en Egipto era la Maat, el orden frente al caos, que debía estar equilibrado. La misión de todo rey era mantenerla. Este servicio a la verdad lo aplicó a rajatabla, encontrándose incluso las representaciones en relieves muy realistas, con formas exageradas que probablemente fueran de su apariencia real.

Por todo ello, Amenhotep decidió romper con todo lo anterior, llegando a cambiar la capital, de Tebas a Ajetaton, y realizando una completa renovación del gobierno. Este último hecho fue importante para que fracasara la reforma, ya que se rodeó de gente sin experiencia, a menudo extranjeros, sin capacidad de organización, y con una cantidad de fondos confiscados de los templos de Amón, que, en la mayoría de los casos, los llevó a la corrupción.

Aproximadamente en su quinto año de reinado, Atón comienza a representarse como un disco solar con brazos muy alargados acabados en manos, dedicadas a proteger al faraón y sus seguidores, y a recibir ofrendas.


Celebra su primer jubileo y el del dios Atón, recibiendo así la titularidad de rey y dios viviente. Amenhotep IV cambia su nombre por el de Ajenaton . Es el momento que construye la ciudad de Ajetaton (Horizonte de Atón) y traslada allí su capital desde Tebas.

Marta Pérez (Akesha)